La N-acetilcisteína es un reconocido expectorante
que se pauta de forma universal en los cuadros catarrales, pero es además útil en
casos de gripe. Un grupo de profesores de la Universidad de Génova (Italia)
coordinado por S. De Flora realizó un ensayo clínico aleatorizado
con 262 griposos internados en 20 hospitales italianos a parte de los cuales se
les dio la medicación habitual y a los demás 600 miligramos orales de
N-acetilcisteína (2 veces al día durante 6 meses) comprobando luego que entre
éstos hubo menor recurrencia, menos síntomas y cuadros graves e inferior
estancia hospitalaria. El trabajo se publicó en julio de 1997 en European
Respiratory Journal y de ahí que aconsejen ingerir 600 miligramos diarios
durante seis meses al principio de cada temporada gripal, especialmente las personas
de edad avanzada.
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En 2018 un grupo de investigadores de la Liaquat
University of Medical and Health Sciences de Paquistán coordinado por S. F. Ansari estudió
su eficacia en personas afectas de EPOC (enfermedad obstructiva crónica) dando 600
miligramos (2 veces al día) a 25 enfermos -otros 25 hicieron de grupo de
control- y a la semana se apreciaron ya significativas mejoras entre ellos, aumentando
especialmente el nivel de saturación de oxígeno de la sangre. El trabajo se
publicó en Cureus en noviembre de 2019.
Un equipo del Chengdu Second People’s
Hospital de Sichuan (China) encabezado por Jia Wei realizó por su
parte un metaanálisis sobre 11 ensayos clínicos aleatorizados de personas con
bronquitis crónica. En total se dio N-acetilcisteína a 775 y los resultados se
compararon con 789 que no lo tomaron. El estudio apareció en diciembre de 2019
en Advances in Therapy y según se afirma en él los tratados con
N-acetilcisteína mejoraron significativamente de sus síntomas siendo menor la frecuencia
de las crisis respiratorias. Según concluyen la dosis adecuada en tales casos
es la de 1.200 miligramos diarios durante 3 meses.
Cabe añadir que ya en 1974 un grupo de oftalmólogos del Southern General Hospital de Glasgow (Escocia) dirigido por J.Williamson presentó en British Journal of Ophtalmology un compendio de los posibles tratamientos para el Sindrome de Sjogren (ojos secos) y entre otros métodos farmacológicos y quirúrgicos indican que la N-acetilcisteína mejora la sequedad y además reduce las infecciones por Staphylococcus aureus en los párpados; así ocurrió al menos con 10 de los 20 pacientes que se lavaron los ojos a diario con una solución acuosa que lo contenía.
Paula M. Mirre
Fuente: Utilidad de la N-acetilcisteína en numerosas patologías. Revista D-Salud N° 252 (2021)